viernes, 17 de diciembre de 2010

EILEEN GRAY (1878-1956). BIOGRAFÍA.












Diseñadora irlandesa a pesar de que desarrolló su carrera en Francia. Fue una pionera que ayudó a crear lo que conocemos como diseño moderno en las décadas de 1920 y 1930. En 1898 ingresa en la Escuela de Arte Slade de Londres, con formación en técnica oriental de lacado. Se traslada a París en 1902, donde la perfecciona. Sus primeros muebles lacados, incluyendo paneles decorativos, biombos, mesitas y otras piezas, vieron la luz en 1910; reflejaban una mezcla de estilos del Lejano Oriente con influencias francesas que los hacía únicos. En el salón de las Artes Decorativas de 1913 su mobiliario, moderno y pionero, atrajo poderosamente la atención, lo que permitió que a continuación se dieran a conocer sus tres Piezas Únicas, dos sillas y el panel lacado El Destino.

BIOMBO (1925).
MESA AJUSTABLE E 1027 (1926).
Éste es quizá el clásico entre los clásicos. Está ingeniosamente proporcionada para conferirle una forma que ha hecho de esta mesa ajustable en altura uno de los iconos de diseño más populares del siglo XX. Su nombre deriva del proyecto de casa de verano “E-1027” en Roquebrune para ella y su colaborador Jean Badovici. El código procede de la inicial de su nombre “E”, “10” por Jean (j es la décima letra del alfabeto), “2” por “B”adovici) y 7 por “G”ray.La ya legendaria mesa fue añadida a la colección permanente del Museo de Arte Moderno de Nueva York en 1978.
SILLÓN TRANSAT (1927).
Fue diseñado para la sala de estar de esa casa E 1027 y patentado por la diseñadora y su colaborador. El nombre del diseño procede de una abreviación del término “transatlántico”. La estructura es de madera barnizada o lacada. Las articulaciones para el ensamblaje y ajuste se resuelven con metal cromado; finalmente el tapizado que lo acaba es de cuero.
SILLÓN BIBENDUM (1929).
Bibendum es único en su género. En ningún momento de la historia del diseño se puede encontrar un sillón que pueda compararse a éste. Es cautivadoramente armonioso a pesar de su tamaño y aúna una presencia majestuosa con un encanto y un espíritu que no se da en otros sillones. Eileen resaltó aún más el atractivo de su asiento de salón con aguda ironía, ya que lo renombró como el hombre Michelín, por el obvio recuerdo que provoca. Sobre una estructura de acero tubular acabada en cromo plateado se monta un armazón de madera donde tender tiras de goma.

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